Carta de derrota


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sábado, 22 de junio de 2013

Liberando estrés


La vida produce continuamente situaciones complicadas, no digamos cuando aun esas condiciones se endurecen.
Con mi amigo y compañero de aventuras náuticas Ferrán,
armador y patrón del Floquet
Una buena forma de liberarte de esos momentos difíciles es salir a navegar.

Habíamos  quedado Agustín y yo, pero en cuanto se enteró Ferrán no dudó en que también formaría parte de la tripulación, aunque insistía en saber la ETA.

Ferran y Agustín dos buenos tripulantes y amigos
A las 16 hora local estábamos emplazados a bordo y con un ligero retraso zarpamos de puerto sabiendo que había una fuerte garbinada y que las condiciones de navegación no serian las típicas de un documental de recreo. Cuando salimos por la bocana del puerto sacamos 3/4 de mayor y  trinqueta, las condiciones eran algo duras así que pusimos el barco a un través y como las olas se atravesaban mejor darle diez graditos mas para comodidad.

Poco tiempo pasó para que Agustín descorchase la botella de Champagne que había traído y para picar unos pistachos de la despensa del Jafam, al primer bandazo los pistachos rodaron por los suelos pero quedaron suficientes como para que las burbujas no se subieran a la cabeza.

La Escora del Jafam
Así navegamos hasta la altura de Mataró donde viramos. No habían sido las mejores condiciones de navegación, deberíamos haber recogido la mayor y navegar solo con génova por la aleta, pero no había muchas ganas de hacer maniobras y el barco se acoplaba bien a la mar. Al virar para poner rumbo a Badalona teníamos que ceñir así que redujimos la mayor a 1/4 y trinqueta, el viento soplaba fresco por lo que para una mayor comodidad teníamos que reducir trapo, también la trinqueta. En la maniobra un fallo del patrón al que se le escapa el cabo del enrollador hace que la trinqueta comience gualdrapear con fuerza hasta que conseguimos corregir la maniobra, pero no hay mal que por bien no venga,  ese error me hace observar que hay que repasar las costuras de la vela de trinqueta que por el efecto del sol están quemados.
Hicimos cuatro bordos hasta alcanzar el puerto, el Garbí comenzaba a amainar ligeramente aunque soplaba frío y tuvimos que abrigarnos, con cerca de una hora de luz por delante se vio algún barco que entonces se decidió a salir.

A las 21 hora local después de una buena maniobra atracábamos en puerto, satisfechos y con la mente despejada, aunque pensando que quedan 196 días para el G.S. y que esperamos ver bailar el Sol la noche de San Juan.