Me saqué la espinita

22/9/2012

Desde que volví de la DLLV (que estoy relatando y aún no publicado) no había salido a navegar. Aunque casi todos los días he estado en el barco haciendo mantenimiento, reparaciones o mejoras siempre necesarias después de una travesía para mantener el barco en estado de revista. De eso haré un relato de las cosas que he hecho para que el Patrón vaya tomando nota de que y de como se ha de hacer el mantenimiento. 

Salí de puerto y en la bocana se observaba cierta agitación de la mar, las rojas boyas de balizamiento de entrada al puerto bailaban la samba, a la vez que las embarcaciones pequeñas regresaban. El viento era de ENE, presagio de que vendrá mal tiempo, y de unos 14 nudos, lo que me animo a desplegar velas.

Tomé rumbo de ceñida mientras el viento iba subiendo y yo reduciendo velas, a unas cinco millas mar adentro el anemómetro marcaba 18,4 de aparente y la velocidad de barco era de 7,3 nudos ciñendo amurado a babor a 50º, por lo que podemos estimar que en viento real era de unos 16 nudos y subiendo (ahora no dispongo de un transportador para calcularlo).

  

La navegación era emocionante, sobre todo cuando llevas varios días que no tiene las sensaciones del desplazarte con las fuerzas de la naturaleza. No había pasado media hora, o una tres millas más, el mar estaba con una una marejada considerable, el anemómetro marcaba 22 nudos, la mar se encrespaba y no había barcos alrededor. Siempre he intentado sacar imágenes con mala mar y así también lo he hecho hoy, pero nunca he conseguido sacar una foto o clip que reproduzca el efecto ni la sensación que se observa en la realidad (tendré que estudiar efectos especiales del cine).

Seguí navegando en esas condiciones otra media hora hasta que calculé que era el momento de regresar para volver a casa a la hora prevista. En el torna-viaje conforme nos acercábamos a la costa, la mar se iba aplacando y también Eolo. Así que me dedique a probar la aplicación de Blogger para  smartphone de envíos de post.

Llegado a buen puerto a con el Jafam III seguro y recogido, marché a casa a cumplir con las obligaciones familiares.